Nuevas viviendas y servicers, protagonistas del mercado inmobiliario

Eva María Buñuel Paredes
Directora Territorial Sur – Altamira Asset Management

El mercado inmobiliario se recupera y los datos así lo demuestran. Pese a que se trata de una recuperación lenta, el sector ha tomado impulso y lo ha hecho con buena letra. En 2015 se traspasó una línea de venta de inmuebles al superar las 400.000 unidades, algo que no ocurría desde 2010.

Eva María Buñuel
Eva María Buñuel

La recuperación del empleo -variable que mejor determina el precio de la vivienda-, va unida a un aumento del poder adquisitivo que se transformará en un crecimiento de las ventas en los próximos años que en este momento ya está empezando a mostrar sus frutos. Por lo tanto, la dinámica a seguir debería de ser un aumento sustancial del empleo, seguido de un aumento de las transacciones a un precio sostenido y, por último, un incremento del precio.
Y aquí un punto importante es la recuperación del mercado de la demanda, que camina hacia la normalización, lo cual ya se observa en las estadísticas y es percibido a su vez por los ciudadanos, particulares que quieren comprar una casa o vender la suya.
No obstante, hay que tener en cuenta que hablamos de una recuperación que, aparte de ser lenta, es desigual, ya que cada producto tiene su mercado y cada mercado su oferta y demanda. Al inicio de la crisis, todos los ojos miraron al mercado terciario y de oficinas ante un residencial colapsado. España cuenta con mercados residenciales condicionados a los devenires locales y con mercados turísticos, que dependen de la evolución de países como Alemania, Francia e Inglaterra.
Así las cosas, la recuperación del residencial ha comenzado a notarse en las grandes ciudades con mayor intensidad. Estas características dan una gran estabilidad al sector, aunque hay que tener cuidado, ya que no lo blinda frente a burbujas inmobiliarias ni posibles crisis internacionales.
En esta línea, está claro que en 2015 se alcanzó el mínimo histórico en lo que a precio de vivienda se refiere, lo que hace de España un país idóneo para invertir, no solo para los fondos internacionales, sino también para cualquier particular con ahorros y sentido común. Hoy nos arrepentimos de haber comprado viviendas en el primer quinquenio del siglo, pero si no cambiamos la mentalidad es muy probable que nos arrepintamos de no haber comprado ahora.
Dicho lo cual, hoy hablamos de un sector inmobiliario tocado y transformado por los errores del pasado, pero con una visión de futuro que nos permite ser optimistas. En este sentido, es primordial el papel que ocupan los ‘servicers’, que en dos años han pasado de ser las gestoras inmobiliarias de los bancos a convertirse en agentes independientes y con un carácter multicliente y una gestión basada en el multiservicio.
Estos gestores no se encargan solo de la comercialización, sino que la gestión de los activos comienza desde la recuperación, el saneamiento y, finalmente, la puesta en comercialización de los mismos, por lo que tenemos activos en diferentes estados de gestión. Para el último paso juega un papel esencial el soporte digital, principal canal de venta en estos momentos para Altamira. La distribución y la visibilidad de la mercancía es vital, para lo cual Internet es y será cada vez más importante.
En todo este contexto, tengo claro que lo que debe primar es la eficiencia y la profesionalidad, y esto es lo que vendemos. Pero la profesionalidad no se alcanza con la tecnología ni con la innovación, sino que esta es el poso de la experiencia y la formación.
Por ello, en Altamira hemos apostado por la creación de un equipo especializado y multidisplinar con profesionales de primer nivel con el que podamos ofrecer un servicio diferencial a nuestros clientes. El resultado es una plantilla actual formada por más de 500 profesionales.
Otro aspecto a tener en cuenta cuando hablamos de recuperación son los cambios de tendencia. Hace un año me preguntaban por el aumento de la confianza del consumidor de cara a la compra sobre plano, ante lo que ya preveíamos un cambio a favor de la obra nueva y en detrimento de la vivienda de segunda mano. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en Altamira, donde tenemos en marcha 217 promociones con las que esperamos entregar cerca de 8.000 viviendas en los próximos tres años.
2015 fue el año de inicio de las promociones y 2016 será el de la consolidación. Este inicio de obra nueva ha cobrado especial relevancia en Andalucía, mercado clave para Altamira y donde desarrollamos destacadas promociones como El Residencial La Dehesa (Dos Hermanas) y El Residencial Santa Bárbara, ambas en Sevilla o la Cizaña, en Torremolinos (Málaga).
En este entorno, estoy convencida de que la financiación ha vuelto, aportando más posibilidades y facilidades a la hora de comprar una vivienda. El crédito hipotecario se va abriendo y, además, este se abarata, lo cual se mantendrá en un futuro inmediato. Ai

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