Los empresarios, entre la inquietud y la expectación

La inquietud y la incertidumbre se mantienen como notas predominantes en el sentir del colectivo empresarial andaluz.

Si el giro a la izquierda se materializa en la práctica, ¿qué podría representar para los empresarios? Es fácil pensar en más intervencionismo, menos diálogo, más presión fiscal, más trámites…, pero no ha de ser así necesariamente. La situación a la que tiene que enfrentarse el tejido empresarial ya es de por sí lo suficientemente dura como para añadirle más obstáculos. Y por eso, ninguna fuerza política, sea del color que sea, puede avanzar de espaldas a esta realidad: el apoyo público a la tarea del empresario es fundamental y todos lo saben, de ahí que se esté dilatando un proceso, el del pacto de Gobierno, cuando a priori, parecía algo inmediato.

En cualquier caso, lo que las patronales tienen muy claro es hacia dónde debe dirigir sus pasos el nuevo equipo de gobierno, y en ello confían: hacia la consecución de la tan ansiada financiación para las pequeñas y medianas empresas; la reducción de la morosidad pública, un asunto que acucia de manera muy especial a las empresas del sector de la ingeniería, la construcción y actividades afines; una revisión de la fiscalidad empresarial; o la eliminación de las trabas burocráticas y administrativas para la creación de empresas, un aspecto este de las dificultades de una burocracia ineficaz, que también se ceba de forma especialmente intensa en el sector de la edificación, donde representa una auténtica carrera de obstáculos para el promotor.

Como condiciones imprescindibles para empezar a superar la delicada situación económica actual, son igualmente importantes la potenciación de la iniciativa emprendedora, desde la convicción de que la figura del empresario es esencial para salir de la crisis, y la dinamización del mercado de trabajo. En el caso del sector inmobiliario y de la construcción, además de los mencionados son muchos otros los aspectos en los que se confía que se avance con paso firme desde lo público, tales como la redacción del nuevo Plan de Vivienda, una modificación más profunda de la LOUA, la finalización de obras iniciadas y el comienzo de otras comprometidas, la puesta en marcha de nuevas ayudas a la vivienda, la apertura del préstamo hipotecario o la flexibilización de una normativa farragosa que todos critican con la máxima dureza.

Por otra parte, una última cuestión ajena al empresariado pero que lo mantiene igualmente en alerta son las posibles confrontaciones entre los dos socios, que deriven en una legislatura salpicada de sobresaltos que a nadie interesan: es esencial un gobierno estable, garante de la seguridad necesaria que devuelva la confianza tanto al consumidor como al inversor; solo así Andalucía retornará a la senda del crecimiento.

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