La principal recompensa es que los empresarios hoy quieren estar con la Cámara

Nacido en Sevilla en 1942, Francisco Herrero León preside la Cámara de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de Sevilla desde 2006. Al inicio de la década de los 70 asumió diversas representaciones empresariales en los órganos rectores del Puerto de Sevilla. En 1977 fue elegido presidente de la Asociación de Consignatarios de Buques de Sevilla, cargo que ocupó 19 años. En la misma fecha fue designado miembro del Pleno de la Cámara de Sevilla, a la que está vinculado desde entonces y que en 1999 le otorgó la Medalla de Oro de la Organización. Participó en la fundación de la Confederación Empresarial Sevillana en 1979 y actualmente forma parte de los órganos de dirección de numerosas instituciones y organizaciones empresariales, al tiempo que preside el grupo empresarial Lamaignere.

De su mano, la Cámara ha cobrado una fuerza muy notable. Desde que en 2010 se suprimiera la obligatoriedad de la cuota para los asociados, ha buscado de manera incesante fórmulas que garantizaran no sólo la supervivencia de la entidad, sino su crecimiento. Entre otras muchas acciones, apostó por la diversificación como estrategia: la compra del centro universitario EUSA y el centro de ciclos formativos Nuevas Profesiones, a los que después se sumaría el Club Antares, son una buena muestra de ello. Todas estas organizaciones funcionan como un grupo de empresas perfectamente coordinado; la clave para dicho éxito, “trabajar mucho y con la misma pSONY DSCersistencia todos los días”. Asegura que si antes los empresarios le preguntaban “para qué pagar una cuota a la Cámara”, hoy le preguntan “cómo pueden pertenecer a ella”. En los últimos años, el número de socios tanto del Club Cámara –una forma preferencial de pertenecer y participar en la institución- como de Antares no deja de crecer, fruto del esfuerzo por hacer “cada día más cosas y mejor”. Muestra una gran preocupación por “la degradación” que viene sufriendo la política, el desempleo juvenil, la lentitud con que la recuperación está llegando a Andalucía, o la escasez de “ilusión” entre los trabajadores por sentirse parte de la empresa y remar todos “en la buena dirección”. Las claves de futuro de la empresa las tiene claras: “la internacionalización y las nuevas tecnologías”.

¿Cómo ha sido el camino de la Cámara desde que en 2010 se suprimiera la obligatoriedad de la cuota para los asociados?
Desde la abolición de la cuota obligatoria, hay cámaras que se vieron seriamente perjudicadas después de quedarse sin un porcentaje muy alto de sus presupuestos, el que representaban el recurso cameral permanente. Por aquel entonces, nuestra cámara generaba ya por sí misma más del 50% de su presupuesto. Pero incluso aunque nuestra posición de salida era buena, no eran pocos los que por entonces me decían que lo mejor era cerrar la cámara en lugar de esforzarme por mantenerla. Lejos de cerrarla, pusimos todos los sentidos en mantenerla y fortalecerla.
Partimos de la base de que en 2006 vendimos el edificio Minister, que nos generó una importante plusvalía. Un par de años más tarde hicimos otra operación muy ventajosa con la venta de dos plantas de oficinas que teníamos en la Plaza Nueva, que por entonces se usaban para formación. Entendimos que no era el lugar más adecuado para esta materia, sobre todo por ser su acceso muy complicado en vehículo privado. Era una ubicación magnífica, pero no para la formación. Tras ambas operaciones, decidimos acomodar nuestra sede, adquirida en 1979 e inaugurada en 1983, que se localiza en la Plaza de la Contratación. Con la Casa renovada, todos los departamentos que estaban fuera alquilados se ubicaron aquí, con el consiguiente ahorro, y además decidimos alquilar determinadas dependencias, tanto con carácter permanente como puntual, como otra fuente de financiación.

Antes de continuar con el resto de iniciativas acometidas por la Cámara para acomodarse al nuevo escenario surgido tras la supresión de las cuotas obligatorias, describa brevemente el mencionado Archivo histórico de la institución, que presuponemos de gran trascendencia patrimonial.
En efecto, nuestro archivo tiene un valor incalculable, toda vez que acumula cinco siglos de historia de la economía sevillana. Se ubica en la segunda planta de la sede y cuenta con cinco fondos documentales: el de la Universidad de corredores de Lonja (1367-siglo XIX), el correspondiente al Consulado de cargadores de Indias (1561-1784), el del Consulado Marítimo y Terrestre (1784-1829), el concerniente al Tribunal de Comercio (1829-1868) y el Fondo de la Cámara de Comercio (comprende la documentación generada por la propia Cámara su creación en 1886 hasta 2004). Representa, por tanto, un archivo de importante valor histórico como fuente de estudio de la historia del comercio, la industria y la navegación de Sevilla desde el siglo XIV hasta la actualidad.
Entendemos que es complementario del Archivo de Indias, y por eso estamos tratando de llegar a un acuerdo para que siga siendo de la Cámara, pero se ceda a dicho Archivo para su estudio y consulta.

De regreso a la situación en que se encuentra la institución que preside, la diversificación está siendo una de las piedras angulares de su fortalecimiento. Profundicemos de un lado en el ámbito de la formación.
La formación es una de las grandes apuestas de esta Casa. En 2010 compramos el 50% de EUSA y Nuevas Profesiones y desde 2012 son propiedad de la Cámara en un 100%. Conjuntamente tenemos también la propia Escuela de Negocios de la institución. Las tres entidades representan un importante sostén económico de la Cámara.
EUSA es un centro universitario adscrito a la Universidad de Sevilla que imparte cinco grados: Comunicación Audiovisual, Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas, Turismo y el doble grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Por su parte, el Centro Nuevas Profesiones imparte 14 ciclos formativos de grado superior, mientras la Escuela de Negocios cameral ofrece numerosos másteres y cursos en las más variadas materias. En los tres casos intentamos cada año diversificar y ampliar la oferta, siempre con la vista puesta en la capacitación del alumnado para profesiones de futuro, y persiguiendo la máxima integración entre formación y empresa.
En EUSA, además de la formación, tenemos otras alternativas que nos generan beneficios como el alquiler de su carpa para eventos, con capacidad para 700 personas.

Y en el otoño de 2013, la Cámara se hizo con la propiedad de Antares…
Antares es una entidad que ha tenido una vida muy notable en Sevilla. Tras distintas circunstancias y encontrándose la sociedad en concurso, la Cámara de Comercio hizo una oferta de compra que finalmente cuajó, tras llegar a un acuerdo con la Caixa, entidad con la que Antares tenía su deuda principal. Desde entonces, estamos trabajando por hacer de este Club Empresarial un importante punto de encuentro para los empresarios no sólo de Sevilla, sino de la comunidad autónoma andaluza.

Desde la adquisición, la actividad en Antares no ha parado de crecer.
Cuando entramos en Antares hicimos importantes remodelaciones en todos los sentidos. Nombramos una directora, iniciamos una campaña para captar nuevos socios cuya cifra no ha parado de crecer y que hoy está sobre 800, persiguiendo llegar pronto a los 1.000; hemos impulsado la celebración de encuentros en nuestras instalaciones, desde desayunos, cenas o cócteles hasta almuerzos de trabajo, ruedas de prensa, presentaciones, foros, galas, torneos, etc. y estamos captando cada vez más eventos propios, con la presencia de personalidades de notable relevancia (políticos, escritores, directores de medios de comunicación…).
En la parcela del club tenemos una edificabilidad terciaria de más de 5.000 metros. Esta superficie podría destinarse a terciario, para cuyo proyecto sería interesante contar con algún socio que quisiera participar.

¿Cuál es la receta para tanta iniciativa?
Trabajar mucho y con la misma persistencia todos los días, tanto en la Cámara como en EUSA y Antares. En mi caso, miro la Cámara y las entidades a ella asociadas como si fueran una empresa.
Para ser presidente de una institución como la Cámara, tienes que tener una situación económica libre, que las cosas en tu empresa vayan bien y tengas sucesores que lleven correctamente el negocio y no tengas que preocuparte del día a día, es por ello por lo que yo puedo dedicarme a la Cámara, porque la conozco y porque me siento comprometido, al llevar más de treinta años en el mundo empresarial. Yo llego todos los días a las 9 de la mañana, asisto a todos los actos que tengo previstos por la mañana o por la tarde, a veces tengo almuerzos de trabajo, acudo a foros y jornadas… En definitiva, tengo una agenda muy completa tanto en la Cámara como en EUSA y Antares, gracias a la independencia de la que disfruto. Yo no recibo salario alguno por el tiempo que dedico a la Cámara y puedo decir bien claro que no he cobrado dieta alguna a lo largo de los años de mi presidencia.
Y todavía parece que hay a quien le molesta que tenga tanta actividad, si bien lo cierto es que no me dejo influir por esas críticas.
Gracias a la entrega no sólo por mi parte, sino por la de todo mi equipo, la de Sevilla es hoy una de las primeras cámaras de España. Todo el mundo colabora y pone cuanto está en su mano para que cada día hagamos más cosas y las hagamos mejor.
¿Se ve recompensado este esfuerzo?
La principal recompensa es que los empresarios hoy quieren estar con nosotros. Antes me preguntaban para qué sirve la Cámara, para qué pagan una cuota, y ahora me preguntan cómo pueden pertenecer a la Cámara o a Antares. Cada vez tenemos más socios tanto en Antares como en el Club Cámara. Si antes le decía que en el Club Antares queremos alcanzar pronto los 1.000 socios, en el Club Cámara queremos llegar a los 100 a corto plazo y un poco más adelante, a los 200.

El Club Cámara surge tras la supresión de la obligatoriedad en el pago de las cuotas. ¿Cómo está funcionando?
Actualmente, las empresas tienen la obligación de pertenecer a la Cámara de Comercio, pero no de pagar, estando admitida la voluntariedad. De manera conjunta creamos el Club Cámara, una forma preferencial de pertenecer y participar en la institución, con importantes beneficios para la empresa asociada. En primer lugar, el asociado tiene acceso a todas las actividades y soluciones empresariales de la Cámara en los ámbitos de la gestión, la innovación, la internacionalización, la formación, la comunicación y el marketing. También tiene derecho a dos carnets nominativos del Club Antares, así como a la asistencia a los actos de la Fundación Cámara de Sevilla y a hacer uso de distintos servicios vinculados al Centro Universitario EUSA y al Centro de Formación Profesional Nuevas Profesiones. Todo ello sin olvidar la participación activa en grupos de interés con otras empresas e instituciones, así como en redes de contacto con clientes, colaboradores y prescriptores, siempre con la vista puesta en la buena marcha del negocio.
El interés por pertenecer al Club Cámara es creciente. Actualmente contamos con la práctica totalidad de las grandes empresas y también con las entidades financieras. Todos han podido comprobar que la Cámara como institución ofrece mucho más a sus socios que cualquiera otra, y que se preocupa por ellos de manera permanente.

¿Cómo se consigue que un engranaje con tantas piezas como hoy en día tiene la Cámara funcione a la perfección?
Porque la Cámara funciona como un Grupo de empresas, con el mismo presidente, el mismo gerente, secretario general y directores de áreas de administración, comunicación, marketing, servicios generales, etc. Todos compartimos nuestra responsabilidad en la Cámara, Antares, EUSA. Estamos muy encima de todo y cualquier anomalía la detectamos y corregimos al instante.

Si de algo puede además presumir la cámara es de su vida institucional.
Es cierto que la Cámara tiene una vida institucional muy fuerte. Recibimos a numerosas personalidades, entre ellas muchos embajadores sobre cuyos países celebramos periódicamente jornadas informativas y promocionales.
Entre las relaciones que nos enorgullecen de manera especial destaca la que nos une a sus Majestades los Reyes, que en 2014, siendo aún Príncipes de Asturias, nos visitaron en dos ocasiones. Nos sentimos orgullosos de que conozcan la casa.

¿Cómo calificaría la situación económica de Sevilla?
Las industrias andaluza y sevillana han pasado por momentos muy difíciles y ya hemos tocado fondo. En nuestra región, toda la economía estaba excesivamente basada en la construcción y la actividad inmobiliaria, y el intrusismo estuvo muy acentuado durante muchos años. Ahora que se han quedado los que se tienen que quedar, más pronto que tarde tendrán que volverse a construir inmuebles, porque los ciudadanos van a seguir demandando viviendas porque se independizan, se casan, etc. En cuanto al resto de actividades, la situación sigue siendo también muy complicada.
Y 2015 va a ser un año especialmente problemático en toda España por ser un año electoral. Primero las autonómicas adelantadas, después vendrán las municipales y presumiblemente en noviembre les tocará el turno a las generales. Así que estamos ante un año de grandes incógnitas, entre las que destaco también la incógnita que representa la formación Podemos, tanto en el voto como en su actuación futura. Tanta incógnita hace retraerse al inversor extranjero, con lo que este va a ser un curso plagado de obstáculos.
En 2016, con todas las dudas despejadas, quizás las cosas vayan mejor. En cualquier caso, en localizaciones como Cataluña, Madrid, País Vasco, Levante y otras zonas del país se está apreciando una recuperación real, pero aquí desgraciadamente se está produciendo una recuperación muy lenta.

¿En materia de creación de empresas?
En lo que respecta al emprendimiento, en 2014 han creado con la Ventanilla Única Empresarial casi 800 empresas, algunas de las cuales saldrán adelante mientras otras morirán en el camino. Emprender es una de las salidas frente al desempleo, porque realmente aspirar hoy a un empleo para toda la vida es muy difícil.
Pero la voluntad del empresario es crear empleo…
Naturalmente, lo que ocurre es que las empresas si tienen negocio y actividad generan empleo, pero si no lo tienen complicado. Y ante tanta incertidumbre es difícil generar puestos de trabajo. Para que un empresario contrate a alguien, este le tiene que proporcionar beneficios durante el tiempo en que esté vinculado a la empresa. El empresario no tiene en la vitrina el salario del mes siguiente, sino que hay que generarlo a lo largo del mes. Por eso actualmente se crea empleo estrictamente para el puesto que se necesita cubrir.
Una cuestión que considero fundamental para la conservación de los puestos de trabajo es que los trabajadores se sientan empresa. Hasta que no nos mentalicemos todos de que somos empresa las cosas no irán bien. El trabajador tiene que concienciarse de que si la empresa va bien, no perderá su empleo, y por ello tiene que remar con el empresario, tiene que subirse al carro y empujar para que cada día las cosas vayan mejor. Con su afán de superación, su aportación, sus ganas y su empuje el empresario ganará dinero y él también se beneficiará. Por desgracia, creo que hoy estamos muy escasos de esa ilusión que hace que el empleado se sienta parte y empuje en la buena dirección. La nómina hay que ganársela, si una persona recibe un salario tiene que trabajar y darle ganancia a su empresa, puesto que un empresario no es una ONG ni una institución oficial: si las cuentas salen, bien también para el empleado; si no, escaso futuro por delante. Los milagros no existen y hay que trabajar mucho todos los días para mantener una empresa a flote, desde todos los puestos y responsabilidades.

¿Cómo ve el problema del desempleo juvenil en España?
A la juventud hay que apoyarla sin reservas. Desde la Cámara estamos lanzando un proyecto para ayudar a los jóvenes sin trabajo ni una formación especializada. De hecho, la tendencia general es que las cámaras sean los promotores de la formación dual en España. En Alemania, por ejemplo, el paro juvenil apenas es de un 5%, principalmente porque más del 90% de los jóvenes que hacen formación dual en las empresas terminan quedándose en plantilla. Para ello hay que favorecer paralelamente la creación de empresas, dando facilidades en lugar de poner inconvenientes. Hay autonomías que se vuelcan porque las empresas se instalen en su territorio; tenemos que aspirar a eso.

¿Dónde está el futuro de la empresa?
Sin ninguna duda, en la internacionalización y las nuevas tecnologías. Hay que vender por Internet, independientemente de la ubicación física de la empresa. Es necesario estar al día en las nuevas tecnologías e invertir en lo más novedoso. Las Cámaras apostamos por la iniciativa py,me.com que abre el mercado de Internet para todas las pequeñas y medianas empresas.
La internacionalización, con el apoyo de las nuevas tecnologías, puede ayudar mucho a las empresas. La Cámara tiene un sinfín de actuaciones y misiones comerciales encaminadas a este aspecto. Para 2015 tenemos en marcha el Plan de Promoción Exterior, desarrollado por la Cámara con el apoyo de la Agencia Para la Promoción Exterior de Sevilla y de otras instituciones y entidades. Implica la organización y apoyo a empresas sevillanas para la participación en misiones comerciales directas y encuentros empresariales en una decena de países, visitas con empresas a ferias internacionales, encuentros empresariales con embajadores, desarrollo del programa de Iniciación a la Internacionalización XPANDE, etc. También comprende un plan formativo, con másteres, cursos y jornadas. Asimismo, durante 2015 vamos a realizar los preparativos para que la Asamblea de Cámaras de Comercio Iberoamericanas, que se celebrará en Sevilla en 2016, sea un completo éxito.
Además de todo lo anterior, creo que es muy importante la comunicación, saber vender lo que se hace de la mejor manera posible.

¿Perciben mayores facilidades para el acceso al crédito?
La empresa que no tiene problemas -salvo las dedicadas a las actividades de construcción y promoción inmobiliaria, que continúan prácticamente vetadas-, tiene el crédito del banco, que por contra no se lo concede a quien prevé que no lo puede devolver. La entidad financiera mira las cuentas de una empresa y analiza si podría devolver un préstamo. Es cierto que la banca ha hecho muchas cosas mal, pero ha llegado el momento de hacerlo bien y ese buen hacer pasa por prestar sólo a aquel que va a poder hacer frente a los pagos.

¿Qué opina de la corrupción política?
Durante muchos años ha habido una degradación continua de la situación, y nadie creía que pudiera pasar nada. Habrá mentiras y verdades, sin olvidar la lentitud de la justicia, una máquina que llega pero a veces cuando ya es muy tarde. Eso provoca también situaciones que no son justas, como que una persona esté penada desde que sale en los informativos como imputada. Imputado es una palabra que ya está maldita, cuando realmente sólo implica una obligación de declarar; después se verá si hay penalización o no. De todos modos, la degradación de la política ha llegado a unos extremos que hacen desconfiar totalmente del político. Los ciudadanos están hartos de la política y de no saber qué hacer con el voto, porque además todos los candidatos venden demasiadas promesas que muchas veces no se pueden cumplir.

Para concluir, ¿alguna novedad respecto a los grandes proyectos de Sevilla que nunca se terminan?
En Sevilla, desgraciadamente, muchos temas se eternizan. Tenemos que terminar la SE-40, la SE-35, acometer el dragado del río y un largo etcétera de cuestiones que parecen inacabables y que nos harían mucho más competitivos. El dragado es uno de los temas más importantes para Sevilla, porque si el puerto es importante Sevilla también lo es, y viceversa. Es una vía de acceso y salida de las mercancías que convierten a Sevilla en un gran polígono industrial, con unas infraestructuras viarias, ferroviarias y aéreas importantes, y con un puerto interior usado como marítimo que tienen pocas ciudades en el mundo. El río es una vía navegable importante, presente en los desarrollos de todos los corredores.
En definitiva, estamos en una situación óptima para desarrollar industrias y proyectos en Sevilla y algo debe estar fallando cuando no somos capaces.
Cuando se habla del dragado parece que nos enfrentamos a algo colosal porque el río es muy grande, pero realmente se draga en algunos sitios dentro del río, un camino trazado con boyas cuyo fondo es el que hay que dragar. Además, podemos dragar la mitad y comprobar si existe algún problema. Hay una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) con unas prescripciones medioambientales que hay que cumplir para la esclusa, el dragado y su posterior mantenimiento durante 20 años. Se ha hecho la esclusa, acometamos ahora el dragado. La DIA está en vigor desde hace 11 años y lo que hay que hacer es cumplir con sus prescripciones; si se cumplen, hay que seguir adelante.
El hecho de hacerlo en dos partes, como decía anteriormente, puede tener sus ventajas: la inversión es menor y además se pueden comprobar los efectos. No hay que olvidar que no es una actuación irreversible: el mantenimiento del calado se ha de hacer todos los años; con dejar de hacerlo tres o cuatro años, el río vuelve a la situación original. La esclusa no tiene vuelta atrás, pero el dragado sí, no es una obra sin retorno. Ai

 

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