Con la ley de economía circular hemos sido pioneros y sentado las bases para un cambio de modelo

Ramón Fernández-Pacheco

Consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul


Dialogamos con el consejero más joven del Gobierno andaluz y con un papel clave en el equipo de Juanma Moreno, no solo por ejercer la portavocía de su gabinete y ser la voz e imagen del Ejecutivo autonómico, sino por gestionar unas competencias estratégicas y fundamentales para el desarrollo y el futuro de Andalucía. Ramón Fernández-Pacheco, a sus 39 años, llegó hace casi un año al Gobierno andaluz para asumir la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul desde su Almería natal, donde había sido alcalde de su ciudad desde 2015, repitiendo así el sueño de su abuelo y bisabuelo que ya fueron también alcaldes. Ahora su sueño inmediato es hacer de Andalucía un motor económico y una región líder en sostenibilidad, afrontando retos tan complejos como el cambio climático.

¿Qué valoración hace de su llegada a la Consejería y de su gestión en este tiempo?

La verdad es que me considero muy afortunado porque tengo la suerte de dirigir la que, bajo mi punto de vista, es la Consejería más bonita de todo el Gobierno. Y me sale una sonrisa al decirlo porque realmente lo creo así, con todo el respeto y el cariño al resto de consejerías y a todos mis compañeros del Consejo de Gobierno. Tengo la inmensa suerte de poder vivir, convivir y gestionar los tres parques nacionales de Andalucía, los 25 parques naturales, los 37 parajes naturales y los cuatro paisajes protegidos, además de los innumerables ecosistemas, reservas y enclaves naturales y espacios medioambientales de una gran belleza y valor que disfrutamos en nuestra tierra. Dígame si eso es o no un privilegio. Y, por si fuese poco, tengo el orgullo de trabajar para confirmar a la Economía Azul como un sector pujante en la economía andaluza.

El presidente se refiere a la denominada revolución verde como uno de los grandes proyectos del Gobierno, ¿cómo ve esta apuesta?

Es un apasionante reto que lidera nuestro presidente, Juanma Moreno, y que está haciendo de Andalucía el verdadero referente medioambiental de España y de Europa. La revolución verde es mucho más que un eslogan, es un compromiso de actuación y de trabajo de todo el Gobierno andaluz en la lucha contra el cambio climático y en su apuesta por lo verde, que está fuera de toda duda y a los hechos me remito, ya que tenemos un ejemplo muy claro en nuestra apuesta decidida por la economía circular, que además de una importante oportunidad para luchar contra el cambio climático, supone una palanca para generar actividad, empleo e innovación, un área de oportunidad para el futuro en el que Andalucía está liderando su desarrollo.

Viene de la política municipal y de una responsabilidad como ha sido la alcaldía de Almería, ¿cree que la experiencia de la política local y la cercanía a la gente y a sus problemas es un plus? Creo que en la política municipal es donde más se aprende. Además, es un aprendizaje continuo, del día a día. De ir por la calle de tu ciudad y que los vecinos te paren y te cuenten sus problemas reales, no los que muchas veces reflejan los medios o la agenda política. Es una dosis de realidad diaria y esa experiencia te hace ser somero, más templado y tener los pies en el suelo. Te hace entender que cada problema o cada situación tiene miles de aristas y múltiples afectados y que tus decisiones inciden, para bien y para mal, a diferentes personas. La perspectiva de la política local es fundamental para entender la política regional o nacional.

¿Cómo ha acogido la designación como portavoz al poco tiempo de desembarcar en el Gobierno?

Por si fuese poco el orgullo y la responsabilidad que tengo al frente de la Consejería de Sostenibilidad, el presidente de la Junta me honró con la tarea de ser el portavoz de este Gobierno al poco tiempo de llegar al Ejecutivo. No puedo negar que cada vez que hablo públicamente como portavoz del Gobierno andaluz siento un gusanillo especial, ya que es una responsabilidad importante y me siento muy orgulloso de llevarla a cabo. Esta es una legislatura apasionante para que Andalucía pueda dar el salto al liderazgo nacional y la estabilidad que aporta este Gobierno abre camino en este reto. Como portavoz, me sentiré satisfecho si puedo trasladar buenas noticias y buenos datos a los andaluces porque para ello estamos trabajando intensamente desde el Gobierno.

¿Cómo lleva y compagina la portavocía con su responsabilidad como consejero?

Son dos funciones diferentes, pero complementarias. Ser portavoz me permite tener un contacto aún más directo con el resto de consejeros y consejeras, y también con los periodistas que semanalmente cubren los Consejos de Gobierno, por ejemplo. Me obliga a conocer los temas al detalle, es una responsabilidad, obviamente, y también un reto apasionante. También contribuye mi labor de portavoz la coordinación de la necesaria transversalidad de las políticas de sostenibilidad que impulsamos.

¿Cómo ve el desafío de gestionar una Consejería clave y que está en la primera línea de la política, ya que el medio ambiente, la sostenibilidad o el cambio climático son transversales, preocupan muchísimo y afectan a la economía y a la actividad empresarial?

Creo que dirijo la Consejería del futuro, la de la revolución verde, la de la sostenibilidad, el medio ambiente y la economía azul. Una Consejería trasversal que implica y afecta a todos los departamentos del Gobierno y por la que pasan numerosos temas que nos afectan ya, pero que sobre todo estudia y decide sobre asuntos que marcarán la forma de vida de las próximas generaciones, un aspecto que es, tal vez, el más importante y por eso subrayo lo de la Consejería del futuro.

¿Cuáles son los proyectos más prioritarios para avanzar en sostenibilidad?

Esta legislatura va a ser la legislatura del agua y de la revolución verde y en ello estamos trabajando. Tras la aprobación en el Parlamento de la nueva Ley de Economía Circular, vamos a seguir profundizando en esa dirección y estamos trabajando ya en el primer borrador de la Ley de Montes, en la nueva Estrategia Andaluza de Economía Azul Sostenible y en el Plan Andaluz de Humedales Horizonte 2030. Pero, además, tenemos sobre la mesa por ejemplo el Plan Forestal de Andalucía, el Plan Andaluz de Caza o el reglamento para la preservación de la calidad acústica, entre otras iniciativas. Este Gobierno no se detiene ni un minuto en esta lucha incesante contra el cambio climático que nos obliga a estar en acción sin descanso.

¿Cree que el binomio desarrollo-protección puede ser en algunos casos incompatible? ¿No cree que este equilibrio es complejo y en ocasiones genera tensiones y conflictos?

Ese binomio no es que deba ser compatible, es que ya es compatible. Obviamente, a veces se generan conflictos y tensiones, pero para eso estamos los representantes públicos, para gestionar y hacer política, que no es hacer lo que te conviene a ti en cada momento, sino entender que todo tiene dos o más puntos de vista y debes escuchar, atender y decidir en función del interés general. El desarrollo económico de Andalucía debe ser y es compatible con la protección medioambiental de nuestra tierra. ¿Es sencillo? En absoluto, pero de eso va gobernar, y para eso estoy al servicio de los andaluces, aunque muchos sólo busquen rédito electoral en sus propuestas o en las polémicas que originan y avivan. Afortunadamente, las tensiones son cada vez menores porque la concienciación y el compromiso ambiental es cada vez mayor.

¿Cómo ve el conflicto de Doñana y los regantes por el tema del agua, es un ejemplo de tensión entre conservacionismo y desarrollismo?

Es un ejemplo de mero interés electoralista del PSOE y del Gobierno central. Nunca el Gobierno andaluz haría algo en contra del principal pulmón que tiene Andalucía, España y Europa como es el Parque Nacional de Doñana. Insisto, jamás. Pero aquí, los que ni se han leído la Proposición de Ley, los que ni siquiera pretenden aportar soluciones ni enmiendas al texto que se tramita en el Parlamento, quieren a través de mentiras, bulos, fake news e insultos a Andalucía lograr un rédito electoral que perdieron hace un año cuando Juanma Moreno ganó por mayoría absoluta en Andalucía. La propuesta nunca pone en juego Doñana, ni su futuro, ni sus acuíferos, sólo busca darle una solución real a más de 600 familias de los agricultores haciendo compatible su desarrollo económico y su sustento familiar con la protección de Doñana, que es nuestra línea roja. Me llama mucho la atención que ahora el PSOE andaluz se haya instalado en la descalificación y en la hipérbole cuándo hace sólo un año ese mismo PSOE se abstuvo en el Parlamento con la anterior propuesta.

La sequía es un problema de gravedad y todo apunta a que será una gran amenaza para el futuro. ¿Cómo ve la situación y qué actuaciones son necesarias para prepararnos ante la escasez de recursos?

La situación es dramática y la sequía es un gran problema para Andalucía y que, por desgracia y por inacción del Gobierno central, sufriremos durante los próximos años. El agua para Andalucía es como el gas para Alemania o la energía nuclear para Francia. Sin agua, no tenemos desarrollo económico y avanzamos con el freno de mano puesto. Mientras que el Gobierno de Pedro Sánchez no ha hecho nada, desde el Ejecutivo andaluz hemos sido previsores anticipándonos con dos decretos previos de la sequía y con el Plan S.O.S. (Soluciones y Obras frente a la Sequía), con más de 4.000 millones que movilizaremos hasta 2027. Pero estas actuaciones tienen que ir acompañadas por las inversiones del Estado y no es razonable que el Gobierno, que tiene en sus competencias el 67% del territorio andaluz en demarcaciones hidrográficas, no haya hecho prácticamente nada, mientras que los tres decretos de la Junta han aportado 300 millones. Pedro Sánchez tiene que tomarse en serio la política de agua y no ignorar que debe invertir en Andalucía. La falta de agua ha provocado que hayamos perdido ya un punto de nuestro PIB y puede hacer que perdamos siete puntos más y 140.000 empleos en el futuro.

¿Cree adecuado el nivel de conservacionismo actual o hay desequilibrios?

Creo que existe un equilibrio y es plenamente evidente. Y todo parte de la conciencia medioambiental que existe en Andalucía, tanto en la ciudadanía como en la clase política y en el tejido empresarial y productivo. Sin embargo, no podemos bajar la guardia ni un solo instante, sobre todo ante las amenazas reales que tenemos como el cambio climático o la sequía. Gozamos de un patrimonio natural con un buen estado de salud y calidad y, lo más importante, con una extraordinaria biodiversidad. Pero tenemos que estar vigilantes para preservarlo y, sobre todo, legarlo a las próximas generaciones como mínimo en el estado en el que nosotros lo recibimos.

¿Cómo valora el reto de la economía circular y la nueva ley en un área con mucha proyección y potencialidad?

Hemos sido pioneros con esta norma que es fruto de la revolución verde emprendida por el Gobierno andaluz. Somos la primera comunidad autónoma en tener una Ley de Economía Circular y somos líderes en este texto legal que tanto va a aportar a la sociedad y que además nace del diálogo, porque este Gobierno cree en el acuerdo y el consenso y lo demostramos cada día. Se trata de una ley que ha logrado poner de acuerdo a PP y PSOE y que es una prueba fehaciente del compromiso del Gobierno andaluz con el medio ambiente. Es verdad que queda mucho por recorrer, pero creo que hemos sentado las bases para un cambio de modelo.

El objetivo de la norma es que los residuos se conviertan en productos, reduciendo así su impacto medioambiental y para ello se van a simplificar los trámites administrativos, implantando un nuevo modelo que favorezca la protección del medio ambiente y frene el cambio climático. La norma garantiza que los fabricantes ofrezcan piezas de repuesto y fomenta el reciclaje y la reutilización de bienes y prevé la reducción de residuos de alimentos que no cumplan los criterios de comercialización. Y todo ello apostando además por el consumo de proximidad especialmente en la contratación pública, primando en las adjudicaciones a la empresa que ofrezca productos cercanos por encima de las que lo traigan de importación.

La ley prevé bonificaciones fiscales para los productos recuperados o reparados o para las empresas de transformación, distribución alimentaria o restauración que reduzcan de forma verificable los desperdicios de alimentos, prevención y recogida de basuras marinas, entre otras actividades. Creo que la revolución verde se refleja con claridad en esta Ley de Economía Circular, que es su primera bandera. Queda mucho por hacer, pero Andalucía ya se ha puesto a la vanguardia en este camino.

¿Cómo valora al sector de la construcción en términos de sostenibilidad? ¿Se está caminando hacia un nuevo urbanismo?

Creo que debemos mantener un equilibrio entre el desarrollo económico de una zona y la preservación de sus valores ecológicos y medioambientales y en el caso de la construcción y del urbanismo debe suceder algo similar. Desde la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda se trabaja por un desarrollo urbanístico en el que se conjugue la conservación de medioambiental y un desarrollo urbano responsable desde el punto de vista de la sostenibilidad. Es la filosofía de la nueva ley del suelo, la LISTA. No podemos limitarnos a cambiar ciudades, por ejemplo, sin tener en cuenta los efectos que estos cambios pueden tener sobre el bienestar de las personas, eliminando zonas de sombra o utilizando componentes perjudiciales para el medio ambiente.

Otro aspecto destacado es el impulso de una obra pública mucho más sostenible, con el uso de materiales más respetuosos con el entorno o apostando por la rehabilitación y construcción de viviendas y edificios energéticamente sostenibles. Aquí debo reconocer y valorar el esfuerzo que desde el sector de la construcción en Andalucía se hace por la sostenibilidad. Sin el diálogo, la complicidad y el entendimiento con este sector el reto de la sostenibilidad sería imposible.

Desde el tejido empresarial se reclama más agilidad y simplificación en los trámites, ¿cómo valora lo que está realizando el Gobierno andaluz?

Este Gobierno lleva trabajando, desde la pasada legislatura, en reducir al máximo los trámites administrativos que durante décadas han ralentizado la inversión y la creación de empleo en Andalucía. De hecho, durante la pasada legislatura se aprobaron tres decretos de simplificación que revolucionaron el modo en el que la ciudadanía y los empresarios se relacionan con la Administración autonómica. Ése es el camino que emprendimos y en el que seguimos. En breve llevaremos al Parlamento el cuarto Decreto de Simplificación, que hará que Andalucía sea el lugar más fácil, seguro y rápido donde invertir y crear empleo. Este decreto va a conllevar cambios de procesos internos de la Junta, unificar criterios, evitar duplicidades o reducir requisitos y plazos, todo ello apostando por la automatización de procesos con la utilización de nuevas herramientas como el big data o la inteligencia artificial, para hacer lo que ha hecho la Consejería de Empleo, reduciendo sus plazos para ayudas de 900 días a solo 37. El presidente fue claro, hay que hacer una revolución desde la Administración.

Uno de las quejas principales se refiere a los trámites ambientales ¿se está avanzando en su simplificación?

El tiempo que antes, para cualquier trámite ambiental, se perdía en marañas administrativas era ingente y eso cansaba a muchos inversores que se echaban atrás en sus proyectos., pero ahora la situación ha cambiado con los mencionados decretos de simplificación administrativa. La agilización de trámites y la facilidad que encuentra tanto la ciudadanía como, sobre todo, el empresario para favorecer ahora mucho más su actividad económica. Y los datos de inversión, empleo y riqueza lo reflejan con claridad, aunque la oposición se empeñe en hacer ver lo blanco como negro. Andalucía ya ha recuperado los niveles de PIB previos a la pandemia, es líder en creación de empleo, de empresas y de autónomos y goza de estabilidad y credibilidad financiera.

La Consejería ha incluido en su denominación a la economía azul, ¿cómo ve el futuro y las oportunidades en este sector para el mundo empresarial?

Andalucía tiene casi mil kilómetros de costa, un escenario geográfico privilegiado bañado por el Mediterráneo y el Atlántico, que son una fuente inagotable de recursos que hay que proteger y aprovechar a la vez como palanca del desarrollo económico. La economía azul es un tesoro por descubrir en la economía y los mares y océanos esconden novedosos nichos de negocio que son parte de la solución frente al cambio climático, además de una fuente de empleo sostenible.

La economía azul y sus actividades vinculadas al mar tienen un potencial inmenso y en la actualidad generan 300.000 empleos, más del 10% del PIB andaluz con una facturación anual de 17.000 millones de euros con cerca de 5.000 pymes andaluzas relacionadas directamente con el medio marino.

Esta economía tan diversa se basa en la gestión y conservación sostenible de los recursos marinos y va desde actividades tradicionales como la pesca, el turismo costero, los puertos o la construcción naval hasta otras más vanguardistas como la biotecnología marina, la acuicultura o la minería submarina. Para su impulso estamos trabajando en la nueva Estrategia de Economía Azul Sostenible, que planificará líneas de actuación que mejoren su actividad desde el prisma de la sostenibilidad y la protección del medio natural marino.

Por último, ¿cuáles son sus deseos para esta legislatura?

Los divido en dos vertientes, los referidos al Gobierno en su conjunto y a los de la Consejería que dirijo. En el área de Sostenibilidad, tras la aprobación en el Parlamento de la Ley de Economía Circular, vamos a seguir trabajando en la protección de nuestro territorio y en la compatibilización de esa conservación con el desarrollo económico, haciendo de esa protección la base misma para el crecimiento.

En cuanto al Gobierno, creo firmemente que será la legislatura de la consolidación del liderazgo de Andalucía como motor de España. Gracias a las políticas de Juanma Moreno, gracias a su solidez, a la confianza y a la credibilidad de nuestro presidente, Andalucía camina en el buen sentido. Durante décadas, Andalucía, ha tenido el mismo territorio que ahora, los mismos recursos naturales, el mismo talento en su población, la misma pujanza y sentido del deber y del esfuerzo que ahora. ¿Qué es lo único que ha cambiado para que todo comience a funcionar? El presidente que tiene ahora Andalucía y por eso los andaluces refrendaron esa confianza con la mayoría absoluta en las elecciones de hace un año. Creo que es la legislatura de la confianza y la estabilidad para hacer que Andalucía avance y se consolide como la gran región que es tanto a nivel social, cultural, pero sobre todo económico. Ése es mi gran deseo y para eso trabajamos a diario desde el Ejecutivo andaluz.

 

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