La IGP para la marca Macael

Antonio Martínez Martínez

Presidente de la Asociación de Empresarios del Mármol de AndalucíaIMG_3899 xika

Cuando me ofrecieron la posibilidad de participar en el próximo número de la revista Andalucía Inmobiliaria con un artículo de elección libre pensé en un asunto que llevamos trabajando desde hace muchos años, y que se hace cada día más necesario, yo diría que hasta imprescindible, en un mercado globalizado como el actual y es la Indicación Geográfica Protegida de productos no agroalimentarios a nivel europeo, y en nuestro caso para la marca Macael.
Por tanto lo primero que deberíamos de preguntarnos es ¿Qué es una IG? y ¿Qué pretendemos alcanzar con ella?
“Bajo esta denominación se recogen los productos que están protegidos por una normativa de la Unión Europea que garantiza el cumplimiento de unos requisitos superiores a los exigidos para el resto de productos. Los productos con una Indicación Geográfica Protegida (IGP) poseen alguna cualidad determinada, reputación u otra característica que pueda atribuirse a un origen geográfico concreto y cuya producción, transformación o elaboración se realiza en la zona geográfica delimitada en la que toma su nombre” (www.aec.es).
Cosa bien distinta es la Denominación de Origen Protegida (DOP) que “designa la denominación de un producto cuya producción, transformación y elaboración deben tener lugar en una zona geográfica determinada, con una especialización reconocida y comprobada” frente a la IGP que “indica el vínculo con el territorio en, al menos, una de las fases de producción, transformación o elaboración, por lo que el vínculo con el territorio es más fuerte en el caso de las DOP” (www.clarkemodet.es).
En Andalucía ya tenemos productos que están amparados por alguna indicación geográfica o distintivo de calidad que garantiza y protege el producto, como ocurre con el aceite de oliva, algunas carnes y pescados, otras frutas y hortalizas, vinagre, repostería, vinos… Sin embargo, para los productos no agroalimentarios no existe ninguna norma en Europa que garantice la protección de estos productos.
El pasado 22 de enero tuvimos la oportunidad en Macael de celebrar un seminario internacional bajo el título “Protección de las IG de productos no agroalimentarios a nivel Europeo”, en el que se expuso la importancia que tiene el reconocimiento de las IG de productos no agroalimentarios. Expertos en la materia dieron a conocer las últimas novedades en los trabajos que desarrolla la Comisión Europea para crear un sistema unitario de protección de las indicaciones geográficas de productos no agroalimentarios en el mercado interior. En definitiva, se trata de que los productos no agroalimentarios puedan competir en condiciones de igualdad en los mercados internacionales.
Asimismo los expertos también pusieron de manifiesto que el trabajo aportado por los productores andaluces dejan claros los beneficios económicos, sociales y culturales que supondría este futuro sistema de protección, que a nivel europeo aumentaría también la seguridad jurídica, la calidad y daría un valor añadido a los productos, haciéndolos más competitivos y obteniendo mayor cuota de mercado.
Con anterioridad a este seminario, en abril de 2013 viajamos a Bruselas para formar parte de una iniciativa promovida por la delegación de la Junta de Andalucía en este país consistente, en la creación de una plataforma de posición común para impulsar y diseñar una estrategia prioritaria de apoyo a todos los sectores andaluces que demandan la IGP para sus productos. En este sentido, me gustaría destacar y agradecer el esfuerzo de la Junta de Andalucía porque esta iniciativa salga adelante confirmándolo con las acciones mencionadas en líneas anteriores.
En el caso de la marca Macael existe una clara necesidad de conseguir la IGP.
En primer lugar, y como dije al principio, en un mundo globalizado como el actual es necesario que exista una diferenciación clara de los productos en los mercados que pueda alcanzarse a través de una marca registrada propia de la empresa, que normalmente es el recurso utilizado por las grandes empresas o en el caso de pequeñas y medianas empresas, su protección y diferenciación bajo el paraguas de un recurso común, como pueden ser las IG y más en concreto en mi comarca a través de un sello capaz de diferenciar nuestros productos frente a competidores y que a su vez, proteja al consumidor de posibles engaños.
En segundo lugar, porque de no ser asi, la tendencia es que desaparezca el conocimiento industrial de los oficios y es una pena, que en nuestro caso, desde la época fenicia que se está trabajando y colocando nuestro mármol, la tendencia sea que desaparezca ese saber hacer transmitido de generación en generación a lo largo de los años.
Y en un tercer lugar, el no disponer de una IGP da lugar a que se fomente la deslocalización de las áreas y no debemos permitir que ocurra, ya que la existencia de un territorio nunca debe mermar y la prioridad es seguir manteniendo viva su localización y por tanto sus productos.
Por tanto desde la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía, que tengo el gusto de presidir, seguiremos trabajando para que finalmente todo este laborioso proceso llegue a buen puerto. De momento ya se han dado pasos al ser aprobado el Libro Verde, que recoge las corrientes de opinión como base de debate para llegar al siguiente paso (publicación del Libro Blanco) que recogerá una propuesta concreta para llevar a la Comisión Europea en espera de su desarrollo legislativo. Ai

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